26 agosto 2014

Hablemos de humanidad


Resulta tremendamente complejo posicionarse en el conflicto árabe-israelí, más cuando una se encuentra lejos del campo de batalla y las informaciones que recibe, en vez de atender a fines periodísticos, atienden a cuestiones propagandísticas, lapidando con ello la verdad y focalizando la visión objetiva de la realidad. Por eso mismo, me voy a posicionar del lado de aquellos que verdaderamente anhelan la paz. Y hablo de una paz real, no de aquella que ilusamente algunos piensan que se consigue con más bombas.

Parece que en España, si eres de derechas, por el mero hecho de serlo, tienes que apoyar a Israel; del mismo modo que, si simpatizas con la izquierda, se te cataloga con Palestina. Y se nos olvida así una cuestión fundamental que deriva de esa humanidad que a menudo se nos escapa: la población civil.

Llegados a este punto, me gustaría realizar una distinción clave: no debemos confundir a Hamas con Palestina, así como usar a los judíos como sinónimo de sionistas. Nunca ha sido correcto generalizar. También debemos tener clara la ventaja militar con la que cuenta Israel y de la que le gusta hacer gala en todas sus ofensivas, así como el uso de escudos humanos por parte de Hamas a su población civil. Pero, ¿qué es exactamente el terrorismo? Con el tiempo he aprendido que ni la ONU tiene una definición exacta, pues depende más del actor que lo realiza que del acto en sí.

Para finalizar, y siguiendo la línea de David Harris-Gershon, tengo que decir que posicionarme del lado de la población civil de Gaza no me convierte en una persona que apoye el radicalismo de Hamas o las actuaciones de Israel, ni siquiera me convierte en una antisemita. Simplemente, me hace ser humana.

Hablemos de humanidad.



Andrea Mateos
@prepyus

08 agosto 2014

La guerra fotográfica


El morbo de algunos medios por recrearse en mostrar imágenes de guerra llega hasta límites insospechados. Dicen que lo que no ha sido fotografiado no ha ocurrido, y piensan que las imágenes despojadas de morbo no tienen tirón… o al menos no el que ellos esperan alcanzar en cifras de audiencia.

En los últimos días no paramos de observar en Gaza fotografías que muestran los inertes cuerpos de niños indefensos “reducidos en su indefensión”, como definiría la novelista Susan Sontag. Están tan perfectamente fotografiados que se les puede adivinar su identidad. Para algunos la identidad lo es todo.

Puede ser que esas imágenes perduren más en la memoria. Leí una vez que la mayoría de las personas únicamente identifican la Crucifixión de todas las imágenes canónicas. Pero, ¿realmente es necesario? ¿Tiene valor real periodístico? Quizá su publicación  se deba más a fines propagandísticos que informativos.

En tiempos de guerra el “nunca olvides” es una premisa básica. Una imagen es capaz de refrescar la memoria y desatar los sentimientos que más escuecen al alma. Volviendo a Susan Sontag: “para la reconciliación es necesario que la memoria sea defectuosa y limitada”. Reflexionemos. Sin ninguna duda, la fotografía cumple un papel fundamental en la prensa y, gracias a ella, el lector puede transportarse hasta el lugar de los hechos muchas veces sin ni siquiera llegar a leer la noticia. Pero el código ético de la profesión establece que nada puede ser a costa de todo. Nadie duda de la veracidad de esas imágenes. Pero creo que realmente no es necesario ni tiene un valor informativo real recrearse en el dolor de los demás. Como todo en esta vida, existen unos límites. ¿La guerra fotográfica? Krieg dem Kriege! (¡Guerra contra la guerra!)
Basta ya.

(Texto publicado en http://theobjective.com/blog/es/andrea-mateos/2014/08/07/la-guerra-fotografica)



Andrea Mateos
@prepyus