26 noviembre 2013

Valentía de principios


Estimado presidente, a través de la presente le comunico la dolorosa determinación de poner fin a mi militancia.” Así comenzaba la carta donde Santiago Abascal le comunicaba a Mariano Rajoy su marcha del Partido Popular el pasado lunes. El motivo principal, la gota que ha colmado el vaso, venía a raíz de la excarcelación masiva de terroristas tras la derogación de la Doctrina Parot y ante la que, según el ex diputado vasco, la actuación del Gobierno ha sido “indigna” hacia las víctimas del terrorismo, “traicionando sus ideas y valores”.

En un momento donde económicamente a España empiezan a brotarle brotes verdes, y valga la redundancia, la opinión pública con respecto al Gobierno no termina de mejorar. Así, Abascal alegaba en su carta otra serie de motivos determinantes que le han llevado a poner fin a su militancia: “la actitud pasmada y pasmosa ante el desafío de los dirigentes separatistas”, “la negativa radical a abordar una reforma profunda del modelo autonómico”, “el aumento de la presión fiscal” o “la falta de medidas ante la corrupción” se encontraban en esa lista de causas.
"La opinión pública con respecto al Gobierno
no termina de mejorar"

Sin embargo, si de algo bueno se ha caracterizado la derecha ha sido por ser la que mejor ha defendido siempre a las víctimas de ETA. De hecho, las mejores épocas de lucha contra el terrorismo han sido durante los gobiernos del Partido Popular. ¿Agua pasada? Más bien me atrevería a hablar del complejo de la derecha. Parece que en España siempre resulta mucho más popular hacerle un guiño a la izquierda. Y la consecuencia de esto es que muchos sectores de la derecha se resisten a reconocerse como tales, dejando de lado los principios por los que se regían…  Algo que quizá le esté pasando al actual Gobierno. Pero en temas de terrorismo sólo puede existir la mano dura, por muy impopular que resulten las medidas.
"La derecha siempre ha sido
la que mejor ha defendido a las víctimas de ETA"

Es muy respetable la decisión tomada por Santiago Abascal, con independencia de quien decida compartirla o discrepar. Una decisión con la que, tristemente, muchos españoles se sienten identificados. Posiblemente el perjuicio que pueda producir el ex diputado vasco a “la inamovible cúpula” del Gobierno sea muy limitado, pero el efecto de sus palabras ha calado en una masa electoral hace ya tiempo descontenta.
"Muchos españoles se sienten identificados
con la decisión de Santiago Abascal"

La población española está harta de los discursos mitin y la reproducción exacta de todas las decisiones gubernamentales por parte de muchos miembros del partido. Hace  falta espíritu crítico y valentía de principios. Porque los principios están ahí, no son inexistentes, pero hay que ser valientes para saber defenderlos. El Partido Popular no necesita renovarse, sino recuperar los valores de antaño. La marcha de Abascal debería servir como autocrítica al Gobierno, ya no solo de cara a las próximas elecciones –para no perderlas-, sino como un compromiso esencial con sus votantes y con el resto de la sociedad española. En España existe la firme tendencia de atacar al adversario, pero un terrible miedo a reconocer los errores de uno mismo. Y en eso consiste precisamente el aprendizaje… Sentido común, espíritu crítico y valentía de principios. Es más que necesario.

 
Andrea Mateos
@prepyus

05 noviembre 2013

¿Conmigo o contra mí?


Esta mañana hacíamos corrillo unos compañeros y yo mientras charlábamos sobre la decisión inicial tomada por el Ministerio de Educación en lo referente a las becas Erasmus. Mi postura estaba totalmente en contra. Y mis compañeros se extrañaban. No es la primera vez que al desmarcarme de algo que hace o dice la derecha, la gente se muestra sorprendida. Por eso, según volvía a casa en el autobús, me ha dado por escribir la siguiente reflexión: a menudo parece que tienes que comulgar a pies juntillas con el partido que teóricamente mejor te representa, siguiendo la misma línea continua que ellos te marcan y sin titubear.

Según parece, las ideologías se han apropiado de los discursos. Entonces, si yo estoy de acuerdo con algo que dice el partido socialista, ¿soy socialista? Y si mañana tengo que darle una palmadita en la espalda a la derecha, ¿soy de derechas? Parece que si tiendes más hacia un lado, tienes que rechazar de forma automática todo lo del otro, porque sino te habrás cambiado de ‘bando’, y eso es algo que, sorprendentemente, no termina de encajar en la mente del ciudadano español. Sin embargo, yo quiero pensar que no existen partidos que lo hagan todo mal, así como tampoco existen aquellos que lo hagan todo bien. Siempre hay errores de los que aprender y decisiones que son dignas de tomar como ejemplo, con independencia de la ideología. Pero parece que es mejor caminar con dos ladrillos a ambos lados de los ojos a pararse a observar y reconocer las buenas proezas del contrario.
"Las ideologías se han apropiado de los discursos"
Hay quien dice que vamos a retroceder hacia un pluralismo político, hacia ese principio de la transición donde aún no se sabía quién se iba a llevar la porción grande del pastel. La democracia ha tenido una clara tendencia por educarnos bajo el principio del voto útil, pero ese es un esquema que amenaza con romperse. Tenemos una pereza mental, ansiamos la libertad pero nos conducimos nosotros mismos por el mismo camino que la masa porque es más difícil hallar de forma individual senderos nuevos. Y cuanto menos pensemos, más fácil será recoger nuestro poder, que es su voto. Esa es la base del populismo. El individuo se auto limita: si apoyo esto, no puedo apoyar lo otro. Y la gama de matices es tan amplia… la verdad absoluta, precisamente, es el conjunto de esos matices. No es un conmigo o contra mí, no nos encasillemos.

"Es más fácil seguir a la masa
 
que hallar de forma individual senderos nuevos"
 

Existe también la llamada ley de la memoria histórica, y en esto tiene mucho que ver. A menudo se habla de las dos Españas, un término que, tengo que reconocer, aborrezco. Nos hacen creer en rojo y azul exclusivamente. Pero el rojo puede volverse escarlata o carmesí, y el azul en ocasiones violeta. Y todo ello sin pasar, además, por la restante gama de colores. Si por algo está caracterizada la democracia es por la diversidad. ¡Informémonos, conozcamos y demostremos que realmente la hemos conquistado! Que no se quede únicamente en un viejo libro llamado “Constitución” cogiendo polvo en la estantería. ¡Aprovechemos los derechos que nos pertenecen! Creo que tenemos un futuro mucho más arrebatador que caminar por el mismo bucle con las mismas cuestiones de un pasado que tan a menudo nos entorpece. No somos herederos de dos bandos enfrentados, somos hombres libres, racionales e independientes con capacidad propia para pensar y decidir.
"No somos herederos
de dos bandos enfrentados"
Los partidos a veces dejan de ser ideas para convertirse en votos envueltos en discursos que venden. Y está claro que, como personas individuales que somos, nunca va a haber ningún partido con el que nos sintamos representados en su totalidad. Está muy bien tener una ideología, todo el mundo debería tener una, pues es fruto de un proceso cognitivo en el que la persona se define a sí misma. Pero tener una ideología no implica postularte en un bando de forma fijada, solo que tiendes más hacia un determinado pensamiento. Pensemos, pues, con criterio propio, dejemos a un lado los complejos y no tengamos miedo a defender nuestras ideas o a desmarcarnos de lo que se presupone que debemos ser.

 

 
Andrea Mateos
@prepyus