02 abril 2014

¿Pluralismo informativo real?


Nos encontramos en un mundo, en principio globalizado, donde el poder recae en una minoría que controla al resto. Y es que el fin originario de la globalización, ese que inducía a la participación del colectivo universal, se ha puesto como un punto más de esa lista de tareas pendientes que nunca se llevaron a cabo, lo que ha llevado a un proceso localizador y excluyente de una gran parte del planeta.

Es la vez que existe un mayor número de países democráticos, con la libertad de expresión recogida en sus marcos constitucionales. Pero a la hora de la verdad todo se envuelve bajo la capa que teje ese control informativo, siempre bordado en el hilo del carácter semi-oculto. ¡Vivimos en democracia! ¿Podemos realmente hablar de pluralismo? Quizá todos los medios provengan de un mismo emisor o fuente, aunque escritos con distinta caligrafía. Hay que dar sensación de diversidad mediática…aunque, en su esencia, todas las informaciones vengan a ser igual de idénticas e inexactas.

Los procesos info-comunicaciones se han visto expuestos a la editorialización y frivolización como consecuencia de la búsqueda de mensajes rentables y superficiales en un hábitat donde predomina lo simultáneo y donde se presentan una serie de asimetrías que se exponen como justificadas. Pero la opinión pública ha salido de su letargo. Ha dicho basta. Y, paradójicamente, esto se ha debido a esa globalización focalizada controlada por una minoría. Estamos hablando de esos mortales instrumentos que pueden llegar a ser a veces las redes sociales y que, gracias a las cuales, individuos alojados en esquinas opuestas del planeta podían interactuar y se dieron cuenta de que parte de la población –silenciosa- ahora comenzaba a hablar. Y verdaderamente tenían mucho que decir. Algo inaudito, sin duda: la realidad no era como nos la estaban contando.

El 27 de febrero de 2014, Joaquín Aguirre escribía en su blog “Pisando Charcos” que el 2011 fue el año en el que se empezó a protestar. Ninguno supimos ver las señales que iban pidiendo un cambio global y cuyos mensajes se verían reflejados con posterioridad en las pancartas de las manifestaciones multitudinarias existentes en absolutamente todas las naciones, con independencia de la ideología. Ya en 1980 el Informe McBride, bajo el lema “voces múltiples, un solo mundo”, recogía esa necesidad de un nuevo orden mundial informativo que garantizara el pluralismo, la democracia y la participación. ¿No se supieron gestionar ni contextualizar las necesidades que ya se pedían entonces? ¿O no se ha querido? ¿Quién lo ha impedido o lo impide? ¿Por qué?

Están intentando lapidar la verdad y la creatividad con todos nosotros. Así es como yo lo siento. A determinados poderes y/o colectivos nunca les ha interesado que pensemos… o al menos, que pensemos lo que ellos consideran que no debemos pensar. Siento decirles que no van a conseguir callar mi alma crítica. Y por crítica no me refiero a alterar el orden público como algunos lo entienden. Pero recordad que la verdad (la auténtica, no la que nos venden) nos hará libres, así como el conocimiento nos sacará de la sumisión de la masa adormecida. ¡Despertemos periodistas! El mundo será lo que nuestra pluma honestamente escriba.


Andrea Mateos
@prepyus

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