25 noviembre 2014

Sedúceme poesía


Hace unas semanas decidí realizar un experimento, intercalando dos tipos de publicaciones: columnas atemporales literarias frente a columnas informativas de actualidad…

Empecé escribiendo de las segundas con el firme propósito de mantenerme en esa línea periodística. Sin embargo, un día decidí publicar sobre la lectura, en una prosa más compleja y cuidando la estética de la palabra. Un texto, en definitiva, literario. Me sorprendió su fabulosa acogida, mucho mayor que la de las columnas informativas a las que estaba acostumbrada a redactar. Fue así como decidí combinar ambos tipos de textos, obteniendo siempre un auge mayor en los que no trataban precisamente temas de actualidad. Y llegué a la conclusión de que la gente está harta de la sobreabundancia de noticias, aunque se presenten como textos de opinión, y les produce un mayor placer leer sobre el amor o la felicidad que documentarse sobre las desgracias que sacuden al mundo.

Mi objetivo cuando escribía al comienzo no era otro que el de denunciar situaciones que me parecían injustas. Pero, un escritor, o un periodista, también se debe a su público. Y el público me pedía algo bonito que sedujera sus sentidos, buscaba poesía en la prosa, fibras de sentimientos con las que sentirse cercano.

Los seres humanos somos el ADN de las emociones y anhelamos la belleza también en lo escrito, en algo que nos haga sentirnos identificados. El mundo puede derrumbarse a nuestro alrededor -¡produce tanta lástima ver la prensa!-, pero nadie podrá despojarnos de los sueños.

Los sueños… eso que une a las personas, aquello que nos aleja de la realidad pero nos aferra a la vida, se hilvanan de poesía. Y la poesía es, en definitiva, ese momento de paz que buscamos frente a las adversidades del mundo.

Sedúceme, poesía.

 



Andrea Mateos

@prepyus

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