16 abril 2013

La cultura del triunfo y del fracaso

Desde pequeños se nos enseña a triunfar y nos inculcan a fuerza de repetición el famoso mensaje de “si no haces esto, no vas a ser alguien en la vida”. Todos queremos ser alguien en la vida, destacar en el ámbito que sea, pero destacar. A fin de cuentas, la vida laboral es uno de los factores principales para fomentar el desarrollo humano de la persona. Nuestra autorrealización depende en mayor o menor medida de cómo nos vaya en el trabajo. Todos esperamos que nos vaya bien, nadie trabaja para le vaya mal salvo, claro está, los victimistas, que buscan de forma inconsciente – ¡o muchos conscientemente!- el fracaso para obtener la compasión de quien le rodea. Y hasta esa compasión es otra forma de ganar, pues el fin de su acción era precisamente ese. Pero la mayor parte de la población vive bajo el principio del esfuerzo, esperando obtener un resultado positivo, un triunfo, que alguien realice un reconocimiento por la producción de su trabajo.


¿Pero qué hay del fracaso? No conozco a nadie que lo mencione como algo positivo. Al contrario. Todo el mundo lo teme, nadie espera fracasar, nadie espera “no ser nadie en esta vida”. Primer error. El fracaso es un paso más del aprendizaje. Nadie nace sabiendo. La naturaleza del hombre es imperfecta, es un factor que nos viene implícito en nuestra propia condición humana. Estudiamos, nos transmiten conocimientos para que triunfemos, pero nadie habla del fenómeno del fracaso. Y lo cierto es que es el elemento principal a la hora de madurar. Tenemos que caernos para saber que la piedra es un obstáculo en el camino. Claro que no hace falta caerse para saber que un guijarro es un impedimento, pero el que no tropieza solo tiene el concepto como idea y, en cambio, el que sí lo hace, sabrá además que produce dolor porque lo habrá experimentado: habrá aprendido algo nuevo y la próxima vez mirará por dónde camina con mucho más cuidado.

"El fracaso es un paso más
del aprendizaje"

A veces se confunde el fracaso con una falta de esfuerzo. Segundo error. El que fracasa es porque ha intentado algo, pero ha tenido la mala suerte de que no ha alcanzado los resultados esperados. El que no se esfuerza, aunque le vaya mal en la vida, no habrá fracasado porque jamás habrá intentado nada para que le saliera mal. El fracaso es afán de superación. Es mucho más complicado para una persona luchar por una meta que no termina de llegar que para alguien a quien todo sale a la primera. De hecho, para mí es mayor fracaso el de aquella persona que supuestamente triunfa pero que le ha sido todo dado, que aquella que ha carecido de suerte pero sigue intentando mejorar en el día a día.

"A veces se confunde el fracaso
con una falta de esfuerzo"

Todo el mundo sabe triunfar, pero en nuestra cultura nadie nos ha enseñado a fracasar, y es igualmente importante que saber aceptar los triunfos. Desde luego, para mí la valía de una persona no radica en que haya conseguido una única conquista, por grande que sea –aunque tampoco hay que quitarle su mérito, oye-, sino en aquella que ha fracasado infinitas veces, porque eso quiere decir que, pese a la dificultad de las adversidades, lo habrá intentado un número infinito. Y eso, señores, es algo que no se aprende en ninguna escuela.



Andrea Mateos
@prepyus

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