España era la su gracia

Banderilla rojigualda hirióle de muerte

do la sangre palpita corazón.

Silencio acústico de notas sonoras

hilvanaban pentagramas de su expiración.

Voz seca, sonido que adormece;

flor de loto, cielo latente.

Fue una toreada que vía su morir,

una batallada lidiando en persistir.

Tosieron polvo entes corrompidos

en busca de su eterno perecer,

mas una voz como Lázaro le dijo:

“levántate y anda”.

Y al compás de música festiva

se levantó imperiosa y marchó.

Pupilas que linchan balas,

palabras que platican sin decir.

Y en derredor se alzó tan roja, ardiente,

ante el vitoreo de una bata de cola.

Y en derredor se alzó tan grande, eminente,

que el graderío sucumbió a su boca.

Mancebía divina que florece de su existir,

porque ser patria, oficio, es de su tierra.

España era la su gracia,

ora la fermosa que vuelve a vivir.

Andrea Mateos

@prepyus